El siguiente cuento se produjo en el contexto del Foro realizado en junio de 2019 sobre la plaza San Francisco de la ciudad de Cuenca, organizado por el Colegio de Arquitectos del Azuay. En este conversatorio, un funcionario municipal de rango medio llegó a decir que los franeleros dominan la ciudad de Cuenca, y que había, en conclusión, que limpiar las calles, esquinas y plazas (especialmente las del centro histórico) para librarnos de unos grupos pequeños pero maléficos que se han apoderado de la ciudad. (https://www.facebook.com/caeazuay/videos/558345364692867/).


Sobrina mimada del dios capital, la UNESCO deja declarando qué vale y sobretodo qué no. Si no vale habrá que hacer valer. Para eso, dice, se tiene que liberar, hay que limpiar, pero habrá que limpiar bien, y si eres buen limpiador hasta un tuit alhaja se puede obtener. El administrador que no sabe cómo limpiar, obediente señala lo que se debe limpiar, llama a la academia, pide que enseñe, que explique cómo se limpiará. Llega el proyecto, guste o no, igual obediente, llega la política también… Ahí, entre vericuetos, dicen que limpiado está. Pero gremios y cámaras de la localidad, convencidos que representan a la gente de a pie, se quejan porque mucho valor no llega, y limpio limpio no está. No saben bien qué hacer pero insisten que se debe limpiar bien, que se ha privatizado la plaza de todos. ¡Sí! a favor de grupos de presión, unos cholos que ordenan a la autoridad, ¿podrá creer…? Después de tanto tiempo diciendo que la plaza apesta, esa gente fea que vende cosas feas se apropió del lugar, capaz conscientes que a ellos mismos es que hay que limpiar, que de ellos, los funcionarios suquitos y no tan sucos se quieren librar. Por eso mismo, este texto no se llama: «si van a privatizar la plaza que sea con gente y cosas bonitas», porque a la casta y aspirantes a casta les vale carpeta la plaza. Como en los cuentos: limpiarán y limpiarán… pero la gente sencilla volverá a ensuciar el lugar.

¡Ah, cierto! los apestosos de la placita mandan a decir a la universidad que figuritas felices de render no serán jamás; y que venga el gremio o el suquito del municipio que venga, que limpie nomás, porque cada vez más organizados y peinaditos los encontrarán.


Me voy a jugar en el Espacio Público
– ¿pero eso qué es?
– pura ideología.